El País

69 años del Balseiro: el mismo espíritu, nuevos desafíos

La ingeniera nuclear Graciela Bertolino y el físico Marcelo Kuperman, vicedirectores y egresados del Instituto, dan sus impresiones frente a los nuevos desafíos que plantea el contexto actual.

Por Agostina Valentino

Los años fueron cambiando las caras que aparecen en sus fotos, las sonrisas que se ven en sus pasillos y las voces que lo nombran. Hoy el Instituto Balseiro sigue creciendo, atraviesa pantallas y llega a nuevos lugares. Este 1 de agosto, cumple 69 años desde el inicio de sus clases en 1955 y, como aquel primer día, sigue formando profesionales de física e ingeniería versátiles y comprometidos con la generación de conocimiento en ciencia y tecnología al servicio de la sociedad.

Ahora bien, ¿cómo se adapta el Instituto a los desafíos actuales en distintos campos comenzando casi el segundo cuarto del siglo XXI? Inteligencia artificial, robótica, cambio climático, energía nuclear, computación cuántica, transferencia tecnológica, y aplicaciones en ciencias de la salud son algunos de los desafíos en ciencia y tecnología…

La virtualidad en la comunicación masiva y las acciones para cuidar la salud integral de su comunidad académica se suman como otros dos puntos clave a tener en cuenta. En esta nota, Graciela Bertonlino y Marcelo Kuperman, vicedirectores y egresados del Instituto Balseiro, comparten sus impresiones al respecto.

Nuevos temas de I+D

¿Cómo logra el Balseiro la adaptación a esta vertiente constante de nuevos desafíos en ciencia y tecnología? Todo comenzó con la carrera de física hace casi 70 años, en los años sucesivos se incorporaron las carreras de ingeniería, las carreras de posgrado y hoy ya son 15 las alternativas que ofrece el Balseiro, o “el IB”, como lo llaman quienes se formaron allí. Además, año a año las propuestas de mejora en el área curricular e institucional atienden a las demandas de la comunidad.

“La adaptación académica se ve reflejada en la actualización curricular, asociada a la modernización y actualización de los planes de estudio, la renovación de los contenidos de los cursos y la oferta de cursos avanzados”, dice Marcelo Kuperman, Doctor en Física y vicedirector por el Área de Ciencias. Y destaca que la Inteligencia Artificial plantea un enorme desafío. “Es un instrumento cuyo poder es inobjetable y buscamos que nuestros estudiantes no solo sepan usarlo sino que lo entiendan y eventualmente que sean capaces de producir desarrollo en el área”.

Kuperman destaca asimismo que las aplicaciones de la energía nuclear a la salud han ido ganando cada vez más relevancia en el mundo entero. Argentina no es ajena a esos avances y en los últimos años ha construido diversos centros de medicina nuclear en diferentes provincias. En ese contexto, destaca que el IB está comprometido con aportar recursos humanos para estos centros con sus carreras vinculadas al área de física médica, medicina nuclear y las ingenierías.

Por su parte, Graciela Bertolino, Doctora en Ingeniería Nuclear y vicedirectora por el Área de Ingeniería del Balseiro, comenta sobre lo que ocurre en estos últimos tiempos. “Debido a la impronta sólida en ciencia y tecnología que posee el IB, la adaptación a estos desafíos resulta natural. Continuamente estamos adaptando contenidos dentro de los espacios curriculares, incorporamos nuevos cursos, modificamos los planes de estudio, o incluso incorporamos nuevas carreras”, coincide.

“Lo que ocurre en estos últimos tiempos es que el ritmo de cambio es muy acelerado y en oportunidades, si queremos garantizar la calidad de enseñanza que nos caracteriza, no podemos seguir con la misma velocidad. Basta solo con observar los temas de los proyectos finales de carrera para entender que desde hace varios años ya hemos incursionado en estos temas”, agrega Bertolino.

Es que la innovación y la generación de conocimiento son una constante en el Balseiro, que funciona integrado desde sus inicios en el Centro Atómico Bariloche (CAB) de la CNEA. Sus docentes, que trabajan para CNEA, CONICET, INVAP, entre otras instituciones, son referentes a nivel nacional e internacional por su trabajo en laboratorios y grupos del CAB.

Allí todo el equipo humano y técnico está a disposición de la formación de sus estudiantes, que desarrollan tesis de grado y posgrado que aportan a distintos sectores, tanto de la industria como de la academia. El ambiente de aprendizaje se completa asimismo con escuelas, programas de becas de verano y encuentros internacionales que son cotidianos en el CAB.

A través de las pantalla

¿El fenómeno social de la virtualidad, las múltiples pantallas y las redes sociales influyen en la enseñanza de la física y la ingeniería en un lugar como el Balseiro? A ese interrogante se le suma la fuerte impronta digital que se debe tener para comunicarse a distintos públicos, más allá de lo académico. Ambos vicedirectores destacan que en el Instituto se está trabajando en nuevas estrategias comunicacionales, adaptando no sólo los medios sino los contenidos.

La conectividad ha permitido que diversas actividades que suceden en el campus del Balseiro en Bariloche, por ejemplo defensas de tesis, actos de colación o incluso charlas y cursos, tengan transmisión por internet en vivo o por zoom. “El IB ha realizado un gran esfuerzo por adaptarse a las nuevas tecnologías de comunicación. Si bien habíamos comenzado tímidamente en 2018, la pandemia nos condicionó a actualizarnos para poder seguir con nuestras actividades al nivel requerido para satisfacer las exigencias propias de nuestros claustros”, dice Bertolino.

“De lo aprendido en esos años podemos decir que tenemos capacidades para tener actividades híbridas, como clases, seminarios, tesis, y las aprovechamos. Pero nuestra metodología de enseñanza se basa fuertemente en la presencialidad y en un trato cercano y frecuente entre estudiantes y docentes. Podríamos decir que es un sello de garantía de calidad”, agrega.

Marcelo Kuperman destaca que además se está trabajando en nuevas estrategias comunicacionales para informar a potenciales estudiantes. “El objetivo es generar impacto y atraer a nuevos estudiantes a nuestras carreras y por otro lado comunicar a la sociedad las actividades que se desarrollan en el IB, su importancia, impacto social y científico”, comenta el físico.

El docente también observa que, por ejemplo, se puede mirar en el canal de YouTube “Instituto Balseiro Académico” una serie de cursos de grado correspondientes a las materias fundamentales de la carrera de física. “Dichas clases tienen acceso público y tienen un flujo intenso y sostenido de reproducciones”, afirma.

Existen múltiples actividades, talleres, cursos y capacitaciones que dicta el Instituto, algunos ya son tradicionales, de modalidad presencial. Otras propuestas son innovadoras y se dictan de modo virtual, como, entre otras, un curso sobre las radiaciones en la vida cotidiana o unas jornadas de capacitación sobre planes de negocio de base tecnológica.

Como complemento, el Instituto Balseiro crea contenidos para sus distintas plataformas y comparte noticias, entrevistas y videos en sus canales de redes sociales. Con una fuerte presencia en Facebook, Instagram y Youtube, el Balseiro también tiene su relato digital en TikTok y Twitch, cuentas que fueron abiertas con el objetivo de seguir inspirando vocaciones.

Bienestar y salud integral

El balance de estudio y tiempo libre es un tema crucial en cualquier carrera universitaria. En el Balseiro, desde sus inicios, la exigencia por aprobar las materias en tiempo y forma genera una presión constante. ¿Cómo se adapta el Balseiro a las nuevas generaciones de estudiantes y a sus necesidades de bienestar integral?

“El IB desde siempre ha prestado mucha atención al bienestar de sus estudiantes, es uno de los aspectos distintivos de nuestra institución. En función de ello es que desde hace un tiempo funciona la Secretaría de Bienestar que se ocupa de las situaciones que deben enfrentar los estudiantes más allá del aspecto académico”, señala Kuperman.

“El rol de esta secretaría es fundamental. Organiza los aspectos asociados al alojamiento, recreación y tiempo libre y cuenta con un equipo terapéutico vinculado a salud mental”, expresa el vicedirector en Ciencias.

A su vez, Graciela Bertolino remarca que el Instituto Balseiro demanda tanto de sus estudiantes como docentes un nivel de compromiso y exigencia desde sus inicios. “Esta demanda continúa en la actualidad con las adecuaciones o adaptaciones necesarias al correr de los tiempos”, dice la ingeniera.

Con respecto a la Secretaría de Bienestar, que trabaja en la integración y adaptación de los estudiantes, destaca que se incluye la realización de distintas actividades con el objetivo de velar por una formación integral de cada futuro profesional.

“Desde Balseiro hasta las actuales autoridades que conducen esta querida institución creemos que no solo debemos formar profesionales de gran calidad, sino que debemos trabajar para que estos tengan una formación integral en la que se encuentra tanto la ética personal y profesional manteniendo a lo largo de todo el trayecto el bienestar individual y colectivo”, expone Bertolino.

Así, a la par de estudiar y rendir preparándose para tareas importantes a futuro, la vida cotidiana del estudiante del Balseiro se entrelaza con salidas al lago o la montaña, pizzeadas, un cineclub y otras actividades organizadas por el equipo a disposición del estudiante.

Adaptación constante

Así, a fuerza de pequeños y grandes esfuerzos mancomunados, esta institución de educación pública, que brinda becas de la CNEA para ingresar a sus carreras de grado y maestrías, cumple hoy 69 años adaptándose a los cambios de época. Con las puertas abiertas frente a las nuevas necesidades e inquietudes, que son el primer paso para que los cambios ocurran.

Sin embargo, la adaptación a los nuevos desafíos puede ser un arte que demanda creatividad y constante entrenamiento. Sin perder de vista los objetivos que son transversales a la institución, se debe reconocer los logros cosechados en estos 69 años de historias y luego seguir trabajando. Como dijo José Antonio Balseiro en un discurso a los primeros egresados del Balseiro en 1958: “No pretendo con esto que hemos logrado el máximo de lo posible. Todo lo contrario, hay todavía mucho por mejorar, mucho que afirmar y cimentar”.

Hoy, las caras que aparecen en sus fotos también llegan en vivo a los familiares y amigos que quedaron esperando noticias de cada estudiante que se fue a Bariloche. Las felicitaciones ya no se hacen esperar en cartas y llegan de inmediato por mensaje de WhatsApp. Es allí donde la virtualidad cumple su función más humana y acerca las sonrisas, que no solo quedan en los pasillos sino que viajan kilómetros.

(*): Área de Comunicación y Prensa del Instituto Balseiro.

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